martes, 23 de septiembre de 2014

Lactancia sin mitos

Durante el embarazo decidí que quería amamantar a mi bebé, no sabía a ciencia cierta el por qué, pero sentía que era lo más natural, aun así, siempre pensé en la posibilidad de ser de las mujeres a las que  la leche las abandona, o les sale un líquido que parece leche, pero no contiene nutrientes, leche de mala calidad (ahora sé que son mitos).
En navidad tenía 30 semanas de embarazo, recibí entre otros regalos un biberón, una cucharita con las medidas para la fórmula, un termo para biberón… “debe ser más difícil de lo que creía tener la suerte de que tus pechos den buena leche”, pensé al ver todos los regalos.
Al nacer mi hija, nació también el miedo a hacerle daño, con el transcurso de los meses, el parto por cesárea,  la maternidad no empoderada, y los constantes comentarios como: “Mira, se chupa el dedo y se desespera”, “esta niñita debe tener hambre, dale un biberón para que quede llena”, hicieron que recurriera a la pediatra, quien me regaló un tarro de leche de fórmula sentenciando: “tendrás que pasar a la lactancia mixta, tu leche no le está aportando todo lo que debería, su percentil es muy bajo y está subiendo muy lento de peso”.
Tras un mes de lactancia mixta en donde me hice la idea de que mi leche era mala, y sentí que había sido una arrogante al pensar que sería una de las afortunadas con leche de calidad, hablé con una amiga Argentina, quien me preguntó si estaba amamantando. Tras contarle lo sucedido mi amiga indignada me comenta “pero si eso no pasa, todas las mujeres tienen buena leche, ¡son mitos!, la pediatra está desinformada, busca información”. Así llegué a la Liga de la Leche, a la OMS, y me sumergí de lleno en la lactancia materna, entendiendo primero que muchas personas que quieren ayudarnos, en realidad no saben mucho, y terminan logrando lo contrario. Abundan los mitos, pero la verdad es que la leche de mamá nunca es mala, la lactancia materna no debe acabar con la ablactación, lo que comemos no causa cólicos al bebé, prolongar la lactancia si mamá y bebé están de acuerdo es la mejor decisión, para estimular la producción no hay fórmula más mágica que la succión a libre demanda y que  la mayoría de los medicamentos son compatibles con el amamantar, son las realidades de la lactancia.
Luego de esto mi experiencia con la lactancia cambió radicalmente, hice a un lado los fantasmas y la tomé como una parte importante de la maternidad, pero una parte que se goza,  algo de lo que las mujeres somos capaces, es puro instinto, no hay tiempos, no hay horarios, solo están tú  y esa pequeña criatura que se gestó en tu vientre, que debe tener acceso a tu pecho constantemente, sin mayor protocolo, sin pautas.

Trinidad tiene 15 meses, aún con lactancia materna, debo decir que nunca en mi vida me sentí más mujer, más poderosa, más mamífera, más loba.

Escrito por: Nicole Varas Baéz.

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