La lactancia con mi primogénita no se dio fácil, nadie me
había dicho que el calostro solo son gotitas espesa y que con eso es suficiente
y no hay que llenar a tu bebé.
Después de las dificultades tuvimos una lactancia hermosa
durante dos años y un mes. Me embaracé en diciembre de hace dos años y le seguí
dando pecho a mi nena. Ya me había informado al respecto y sabía que no hay problema alguno con lactar en el
embarazo (a menos que te prohíban las relaciones sexuales, no hay riesgo)
Yo veía fotos de lactancia y embarazadas y después de dos
bebés lactando, el hermoso tándem.
Pero mi situación no fue hermosa. A partir del cuarto mes de
embarazo empecé a sufrir una condición llamada «agitación del amamantamiento»
la sufren algunas mujeres lactantes y hacen que sientan un rechazo totalmente
incontrolable a la cría mayor. Mi hija me pedía pecho y yo solo quería que
terminará ya, la aversión que sentía era totalmente irracional.
Yo no quería destetar a mi hija, ella no estaba lista. Así
que seguí amamantándolo pero disminuí la duración de las tomas, aplicaba
distracciones cuando se podía y cuando nada funcionaba para evitarlo le decía: «vamos
a tomar mientras te canto la canción del elefante».
Es horrible sentir agitación, al final mi hija estaba casi
destetada al nacer su hermano. No tuve mucho tandém, porque mi condición no me
lo permitió y aun ahora me duele haber destetado a mi hija. Pero era necesario,
como se lo decía a ella, que mamá estuviera bien para los dos.
Si sufres de agitación busca un grupo de apoyo presencial y
únete a páginas donde puedas expresar tu sentir y recibir contención virtual
también. No estás sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario